sábado, 6 de noviembre de 2010

Huellas...

Hace varios días que hablo con algunos de vosotros...perdonad a los que ignorais de qué hablo. Es de mala educación hablar delante de una persona sin ponerla en situación quindi...el año pasado curse mi quinto año de medicina en Parma, Italia. Era erasmus. Allí conocí a mucha gente que dejó mella y otros que no, pero que han hecho que mi vida cambie y que mi mente se haya abierto a un mundo que ahora veo sin fronteras. Es hermoso la curiosidad con la que os conocí a todos. Cada uno de vosotros ha sido y es una ventana a tantas y tantas cosas que no puedo parar de arrimarme para asomarme una vez más y volver a sentirme afortunada. No ha sido fácil acostumbrarme de nuevo a mi realidad, pero tengo algunos truquitos que hacen que me sienta mejor...

Al levantarme por la mañana, tengo una alarma que me dice "buongiorno Pitu, ¿qué haces hoy puppy?, ¿corremos por el Ducal?". Después de comer me voy a la Caleta. Allí tengo todos los días una cita con el sol (mi dios), el mar y algunas sonrisas. Eso si, ni se me ocurre navegar en una de esas barquillas para pescar un "pescaito" y comerlo...no que tenemos alergia...Ocasionalmente se mete en mi día alguna que otra guitarra o instrumento. Y también me gusta ver algo de "teatro" así que nada más salir de la facultad miro al majestuoso edificio que alberga tantos sentimientos. Cuando ya va cayendo el sol me acuerdo de un dios indio y de paso rezo un poquito que hace falta. A la hora de llenar mi estómago, saco esas recetas que me dedicaba el chef. Al anochecer y ya acurrucadita en mi cama pienso en un puñado de bikiños y así poder afrontar un noche para llegar a un nuevo día.

Y así un día, otro, otro y otro...

Sois una importante huella en mi camino. No os preocupeis, soy de mar, mi sangre es salada y entiendo de mareas...ninguna ola se acercará para borrar esa pisada. ¿Veis?, yo sé por dónde caminar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario